Releo en un libro de Slavoj Zizek donde se refiere
una anécdota que cuenta que un oficial alemán visitó en 1945 a Pablo Picasso en
París. Allí vio El Guernica y el oficial alemán preguntó:¿esto lo ha hecho
usted? A lo que Pablo Picasso contestó: ¡Esto lo han hecho ustedes!.
Suele ocurrir que cuando alguna
manifestación de nuestras plataformas sociales, en actitud de autodefensa,
utilizan o pueden utilizar la violencia, más o menos física, más o menos psicológica,
aparece un gerifalte gubernamental, que últimamente están como voceros muy incompetentes,
que tratan de poner la pregunta donde lo hacía el nazi : ¿es esta violencia la
que alienta la izquierda? ¿Quieren protestar violentamente contra los
parlamentarios y contra la democracia? Así que bien podríamos responder como
Pablo Picasso: “no, esta violencia la hacen ustedes”. Porque hay una violencia
subjetiva, concreta, puntual, pero la violencia presente, constantemente, es la
violencia objetiva, una violencia sistémica que es el resultado de su política.
Ya se preocuparán suficientemente por los medios que controlan, que la
violencia subjetiva sea la que más se note, la más notable en prensa y
televisión para hacerla visible, mientras que la otra, la violencia del sistema
se oculta y no se nombra jamás.
Estoy absolutamente perplejo de
escuchar tantas mentiras cada día desde las más altas instancias del poder:
presidencia, parlamentos, empresarios, etc., resueltas de una manera tan burda,
tan prepotente.
Existe y se aplica esta violencia
sistémica y lo comprobamos día a día: relación con los bancos, los mercados,
las troikas, etc. Es ahí donde reside la violencia capitalista, claramente
diferenciada de la violencia subjetiva que puede darse en colectivos o personas
frustradas, desengañadas, impotentes,. Apunta Zizek que es aquí donde radica la
diferencia lacaniana entre “la realidad” y “lo real”: la realidad se refiere a
la realidad social de las personas, a sus problemas concretos de sanidad, de
educación, de justicia, mientras que lo real es una lógica abstracta que mueve
el capital y que por supuesto es la que
determina todo lo que pasa en la realidad social. Para entenderlo mejor: la
realidad social dice que tenemos un país más empobrecido, con mayores
diferencias salariales, con niños asistiendo a comedores escolares, con parados
de larga duración, con gente sin vivienda etc., etc., mientras que lo real no dejará de emitir
informes, índices, encuestas, brotes verdes, etc., que apunten a que el país se
recupera, o irá a mejor, pero ¿para quién?¿para el saneamiento financiero?¿para
el PIB?. No importa la realidad social, importa, como es más que obvio, la
situación del capital. Sin grandes responsabilidades, sin dar cuenta a los
representantes del pueblo. Aquí no pasa nada.
En Londres se explica a los visitantes de la bolsa de la City que lo que allí ocurre, el mercado de valores en su
salsa, tiene que ver con personas reales y sus productos, como si fuera un
mercadillo de productos de la huerta, A esto se le llama simplemente ideología
en estado diamantino porque además intentan convencernos de que ésa lógica no
es de locura.
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