Fotocomedor

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domingo, 23 de diciembre de 2012

Forajidos

Traslado del blog de Antoni Muñoz Molina, unas palabras valientes que además me sirven de testimonio y solidaridad con la lucha que siguen los de Sanidad en Madrid:

"Esa frase de la viceconsejera de Salud de Madrid que citaba Nieves le hiela a uno literalmente la sangre en las venas. ¿Qué tienen que hacer los enfermos crónicos? ¿Morirse si no pueden pagar? ¿Y las personas con V.I.H., que gracias a la medicación pueden llevar vidas saludables y normales, de modo que, literalmente, no son enfermos? ¿Qué harán si no pueden costearse las pastillas carísimas de las que dependen sus vidas? Esta mañana hablaba con una periodista y le dije que a mí esta gente del gobierno regional de Madrid me parecen gangsters, en el sentido más literal de la palabra, y se me quedó mirando seria y me preguntó si estaba seguro de haber dicho eso, si podía ponerlo cuando se publique la entrevista. Y le contesté que sí: gangsters que quieren convertir la sanidad y la educación en despojos malvendidos a la codicia de los especuladores y los ladrones para los que trabajan; gangsters y forajidos que actúan al servicio de magnates de casinos y prostíbulos."
Patricia Flores

Abelo no!



Abelo!...no!!.

Y es que, copiando cita de Muñoz Molina, coincido con Robert Graves en que el primer verso de un poema lo dictan los dioses. En este caso no es un dios, es poco más o menos, es un nieto, mi nieto, y lo que dicta tiene el efecto de un resorte cuando lo que dice es: Abelo!...no!! para que entonces el poema que empieza sea yo mismo.

Él no sabe que me arrastra el alma como nadie; me deshace si llora; me revive si ríe; me destroza el cuerpo con sus juegos y lo soporto como si nada pasara. El no lo sabe.

Abelo!...no!!. Y es que acabo de pasarme de sobos, de abrazos y chupeteos con la declarada intención de que me suelte: Abelo!...no!!. Entonces pongo cara triste y compungida, como cuando me da un mamporro y, sin dudarlo, casi mecánicamente, abre los brazos y elige el punto inexistente de mi dolor para decirme: ¡ya tá, belo, ya tá!. El falso perdón de ningún pecado nos reconcilia y seguimos como si nada, a lo nuestro, despanzurrando coches de cartón o imaginarios, haciendo pasteles en horno de colorines, con su programa y su riiiing!, haciendo de la fantasía la mejor arma contra la realidad, si quiera por un rato, para que esta quede inmóvil o incluso nos tenga envidia porque en ése mundito efímero, no hay fallos, todo es, afortunadamente, perfecto.

jueves, 20 de diciembre de 2012

Solsticio de invierno

Demos la bienvenida al solsticio de invierno, ése día en el que por supuesto el mundo no se acaba a pesar de que el calendario maya haya agotado su "ciclo largo" (contaban el tiempo con tres tipos de ciclos) y tengan que añadir un nuevo ciclo. Los mayas, como los babilónicos, fueron unos grandes observadores del cielo, por tanto grandes astrónomos. Pero como casi todos los "listillos" de la historia, aquéllos que sabían de Astronomía la utilizaban como una herramienta de poder ya que podían predecir acontecimientos, como por ejemplo los eclipses. Qué menos que considerarlos con influencia del más allá por parte de los que ignoraban tantas cosas. 

En homenaje a éste día aquí dejo la preciosa constelación de Orión bajo la perspectiva de la pirámide central en Chichén Itzá, uno de los grandes centros mayas en la península de Yucatán. Cómo no, era un templo ( Kukulkan) y contiene en su propia construcción relaciones astronómicas y de calendario.




Por detrás

Mi amigo A. ha tenido la gentileza de enviarme, con buen criterio, una fotografía que me hizo cuando asistíamos a la puesta de sol  desde el faro de Cavalleria, en Menorca. Me pilló por detrás en plena faena. Mi amigo es el mejor fotógrafo que conozco, o sea, de los fotógrafos que conozco es el mejor. Así que he considerado buena idea utilizar la foto en el encabezamiento, para deleite unos cuantos días.

jueves, 13 de diciembre de 2012

Futuro

De la entrada al libro del Embrujo de Shangai, de Juan Marsé que acabo de leer para mi Club de Lectura, aparece una referencia de Luis García Montero (Luna en el sur) que me ha gustado mucho:

"La verdadera nostalgia, la más honda, no tiene que ver con el pasado, sino con el futuro. Yo siento con frecuencia la nostalgia del futuro, quiero decir, nostalgia de aquéllos días de fiesta, cuando todo merodeaba por delante y el futuro aún estaba en su sitio".

Por razones obvias (mi edad) y por algunos documentos y documentales del pasado que he visto recientemente, siento con frecuencia la misma nostalgia de futuro. Desde el hoy, se me desdibuja aquello que debería merodear por delante y por lo tanto se presenta también  movido de sitio. Pero la nostalgia puede ser paralizadora y no puedo, no podemos, ensimismarnos en ella. Debemos recoger de aquellas experiencias que teníamos con anhelo de futuro, el motor que ponga contra la pared de nuevo a la injusticia, a la insolidaridad, a la arbitrariedad, a la ignorancia, y hacer de esta democracia algo que se parezca mucho más a su nombre.

sábado, 8 de diciembre de 2012

Nacimientos agradecidos.

La línea de agradecimientos de abajo es la que nos ha convencido después de haber nacido nuestra nieta. Es pequeñita, todo piel y ojos, pero moviendo sus manitas al aire como si quisiera coger todo lo que le rodea: luz y vida. No he podido tocarla, pero ya la compensaré y ya me compensará. Esperada y querida desde antes de salir a nuestro encuentro, se ha dado mucha prisa en hacerlo, ha salido más rápido y más pronto de lo esperado. Empieza empujando. Empieza mandando y eligiendo su momento. Ya veremos cómo haremos para que no sea ella sóla la que elige. Naturalmente por su bien. Bienvenida, hija de mi hija.


miércoles, 5 de diciembre de 2012

World Press Photo



He visto una exposición esta mañana en el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona, la de World Press Photo 2012.

La impresión del recorrido es trágica. De las imágenes, generalmente duras aunque fueran deportivas, no me ha quedado en memoria ninguna sonrisa excepto la de unos niños jugando entre bombardeo y destrucción total, como si su inocencia se negara a encajar tanta degradación, tanta injusticia, tanta arbitrariedad.

En la exposición puedes comprender, y ésa es su intención, a través de las imágenes aquello que ocurre en el mundo en la medida en que abarcas, sitúas, contextualizas: guerra, pobreza, delincuencia, etc., pero se hace difícil entender, es decir,  que todo eso que ves tenga algún sentido, una causa que explique a la razón por qué se produce, un hacia dónde vamos, un tener conciencia de eso que ocurre ante tus ojos cargado de asquerosa realidad y que te obligue a pensar en alguna posibilidad para cambiarla. De no ser así te puedes ir con el regusto amargo del sinsentido, ése que como he dicho no te permite entender, ese sinsentido que te deja sin expresión, sin rebeldía interna, llevándote una pregunta que te atenaza sobre el ¿cómo es posible?.

Fotografiar la naturaleza humana en tantas vertientes e intentar una respuesta antropológica al cómo somos me parece un trabajo imposible, por inabarcable. Hablaba del sentido trágico en general de la exposición porque casi sientes, casi intuyes que hay predeterminación en la miseria, determinación en el patetismo de vidas deshechas. He visto una exposición de la frialdad de nosotros mismos ante el desamparo.