Fotocomedor

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miércoles, 29 de enero de 2014

Fotografías

Mañana espléndida empezando con un amigable encuentro para almorzar y una salida especialmente preparada para hacer fotos. Hacer fotos con un colega como A. es un lujo cotidiano porque en el aprender un poquito más de fotografía ha estado un disfrute total. No le das la paliza a nadie de la familia que siempre que sales con la cámara en ristre  tratan de soportar tus retrasos, despistes y dedicaciones a encuadres y ángulos absurdos vistos desde fuera. Hoy no. Hoy se trataba de fotografiar y lo hemos hecho en un paseo marítimo cargado de un meloso y envolvente sabor a anís. El punto elegido ha sido Badalona, al lado de la fábrica de Anís del Mono, en el  Pont del petroli. Tirar, encuadrar, filtros, tiempos, diafragmas, isos, velocidades, trípode (o algo parecido)  y toda la cacharrería electrónica de mi máquina, que para mí no es poca. Eso sí, siempre posición manual.

Por la tarde a editar. Otra gozada de juego con los ajustes de revelado, los ajustes de photoshop y los ajustes de conceptos que son la artillería teórica para acercarse a tener alguna técnica. Espero conseguirla algún día, posiblemente si mi amigo me aguanta.

Aquí dejo las prácticas, no como material de juicio estético, ni creativo, ni artístico. No, no. Las dejo como testigos de un día espléndido.











martes, 28 de enero de 2014

Fotos

Llevo algunos días ensimismado clasificando fotos y casi siempre lo hago con un sentimiento de recogimiento sobre mí mismo. No dejo libre la nostalgia, la saudade que dicen los portugueses en su diccionario que es “un finísimo sentimiento del bien ausente, con deseo de poseerlo”. Es una tristeza por tanto que viene provocada por el recuerdo y en la que sientes que salvando el tiempo, la distancia temporal, podría aliviarse esa tristeza y hacerte feliz. Es un terrible engaño. Es un imposible y además no es necesario.
Las fotos vistas, portadoras de emociones tanto por el momento como por el contexto en que se dieron forman parte de nosotros mismos. Forman parte, directa o indirectamente de la construcción del “yo” que uno es capaz de reconocer a la vez que forman parte de una idealización de aquello que se contempla. Eso está bien, nos da cierto equilibrio. Es posible que seamos lo que somos gracias a nuestros recuerdos. Para nada implica esto un desconsuelo por cualquier tiempo pasado. Superado el dolor por lo que hemos querido, viene a ser sustituido por lo nuevo: por las risas de los niños, por las mil formas en las que salen en las fotografías. El repaso de las imágenes desemboca en una especie de suspiro, que no es resignación, sino comprensión y aceptación de cómo evolucionan las cosas.

Me gusta pues perderme en el barullo de fotografías de mi familia y amigos, me gusta respetar los originales pero también  me gusta experimentar con la recuperación de la fotografía a modo de reconstrucción y de interpretación. Ni qué decir tiene la labor de identificación. Por algún motivo, las cajas y álbumes de mi familia se han ido mezclando con el tiempo así que es imposible a veces tener certeza de los orígenes.Es un verdadero recreo y reto a recuperar ejemplares como estos:









lunes, 20 de enero de 2014

Auroras

No se aleja de la poesía el enorme espectáculo y baile de luz que se da en las auroras boreales, sobre suelo noruego. Este vídeo es espectacular.

sábado, 18 de enero de 2014

Leopardi

Un personaje de la novela "La piel y la princesa" que hemos leído últimamente en el club de lectura decía a un discípulo que le enseñaría música, gramática, álgebra, aritmética y poesía, los fundamentos de todo conocimiento verdadero; los instrumentos inexcusables para la formulación de cualquier construcción intelectual. Al hilo de la poesía me gusta el maravilloso tono de Vittorio Gassman en esta poesía que os dejo de Leopardi. Leed, aunque sea triste, pero sobretodo escuchad.





A Silvia         Canto XXI

¿Todavía recuerdas
de tu vida mortal, Silvia, aquel tiempo,
en el que la beldad resplandecía
en tus ojos huidizos y rientes,
y alegre y pensativa, los umbrales
juveniles cruzabas?

Resonaban las calmas
estancias, y las calles
vecinas con tu canto inagotable,
mientras a las labores femeniles
te sentabas, dichosa
de aquel vago futuro de tus sueños.
Era el mayo oloroso: y tú solías
pasar el día así.

Yo los gratos estudios
tal vez dejando y los sudados pliegos,
que mi temprana edad
gastaban y de mí la mejor parte,
en los balcones del hogar paterno
escuchaba el sonido de tu voz
y tu mano ligera
recorriendo la tela fatigosa.
Miraba el cielo calmo,
los dorados caminos y los huertos,
y allá el lejano mar, y allá los montes.
Lengua mortal no dice
lo que mi alma sentía.

¡Qué dulces pensamientos
que esperanzas, qué pálpitos, oh Silvia!
¡Cómo la vida humana
y el hado contemplábamos!
Cuando recuerdo tantas ilusiones,
me abruma un sentimiento
acerbo y sin consuelo,
y me vuelve a doler mi desventura.
Oh tú, naturaleza,
¿por qué no das después
lo que un día prometes? ¿por qué tanto
engañas a tus hijos?
Antes que el frío arideciera el prado,
de extraña enfermedad presa y vencida,
moriste, oh mi ternura, sin que vieras
las flores de tu edad;
no alegraba tu alma
el dulce elogio o de las negras trenzas
o de tu vista esquiva y amorosa;
ni contigo en las fiestas las amigas
de amoríos hablaban.

También murieron pronto
mis dulces esperanzas: a mis años
también les negó el hado
la juventud. ¡Ah, cómo,
cómo pasaste, cara compañera
de mi primera edad,
mi llorada ilusión!

¿Es este el mundo aquel? ¿Éstas las obras,
el amor, los sucesos, los placeres
de los que tanto entre los dos hablábamos?
¿esta es la suerte de la raza humana?
Al llegar la verdad
tú, mísera, caíste: y con la mano
la fría muerte y la desnuda tumba
de lejos señalabas.

Versión de Luis Martínez de Merlo

Sigo

A veces me dan estas punzadas en las entrañas que Alberto Cortez se atreve a cantar:



Te sigo queriendo como el primer día,
Con esta alegría con que voy viviendo.
Más que en el relevo de las cosas idas
en la expectativas de los logros nuevos.
Como el primer día de un sentir primero,
como el alfarero de mi fantasía.
Con la algarabía de un tamborilero
y el gemir austero de una letanía.
Como el primer día te sigo queriendo.
Te sigo queriendo, valga la osadía,
con la garantía de mis pobre sueños,

es decir, empeños porque todavía,
vive el alma mía de seguir creyendo.
Como el primer día, como el primer beso
y el primer exceso de melancolía.
Como la folía del primer intento,
como el argumento de una profecía.
Como el primer día te sigo queriendo.
Te sigo queriendo, si no lo diría,
sé que no podría con mis sentimientos.
Lo que llevo adentro se convertiría
en una jauría de remordimientos.
Como el primer día eres el velero,
la estrella y el viento de mi travesía.
Mi filosofía, mi apasionamiento,
mi mejor acento, mi soberanía.
Como el primer día te sigo queriendo.

martes, 7 de enero de 2014

Gratis total

Buen artículo este que me ha pasado mi amigo A. Aquí os lo dejo para saber quién vive de qué y a costa de quién. No sobra para nada recalcar cómo, por qué y por quién se ha producido la crisis y cómo gracias a ella se impone el modelo social, político y económico que impone el gran capital.

domingo, 5 de enero de 2014

Tradición

Recibo de mi sobrino M-A. una curiosa y tradicional receta con la que me propongo hacer el experimento y que para quien quiera y reciba el preciado vaso con la masa madre, puede seguirlo y conseguirlo. La cosa va así:

BIZCOCHO DE LAS CARMELITAS DESCALZAS DE SEVILLA

Es una antigua forma de realizar un bizcocho  y conocido era que la persona que te entregaba el vaso con la masa madre te deseaba suerte y salud.

Se requieren 10 días para su elaboración sin utilizar batidora ni frigorífico u otros
aparatos modernos.

La tradición dice que la masa madre te la tienen que dar y después empezar la elaboración  en jueves, para que el bizcocho esté listo el sábado de la siguiente semana.

Jueves: se vierte el contenido del vaso entregado en un recipiente mayor y se añade un vaso de azúcar y otro de harina (no se mezclan)

Viernes: se mezcla con una cuchara.

Sábado: no se toca.

Domingo: no se toca.

Lunes: se añade un vaso de leche, otro de azúcar y otro de harina (no se mezclan).

Martes: se mezcla todo bien con una cuchara.

Miércoles: no se toca.

Jueves: no se toca.

Viernes: no se toca.

Sábado: se apartan tres vasos de la masa madre obtenida que se entregarán a tres personas a las que deseas suerte y salud.

Al resto de la masa madre se añade:

-2 vasos de harina.
-1 vaso o medio de azúcar.
-1 vaso de aceite de girasol o de oliva.
-1 vaso de leche.
-1 vaso de almendras o/y nueces picadas.
-1 vaso de pasas sin hueso enharinadas previamente.
-1 sobre de levadura.
-2 huevos enteros.
-1 manzana troceada.
-Una pizca de sal, otra de canela y otra de vainilla.
-Una ralladura de naranja.


Se mezcla todo con una cuchara y se mete en el horno a 180º durante 40 ó 45 minutos.

Éste es el comienzo:


viernes, 3 de enero de 2014

Galileo


Galileo ha sido uno de los personajes históricos que más me ha fascinado y que por circunstancias ha ocupado parte de mi tiempo de admiración y disfrute con lecturas del mismo Galileo o con otras muchas a él referidas. Recuerdo que, hace bastante tiempo ya, gracias a Galileo conseguí buenas notas en una asignatura que se llamaba Historia de la Ciencia, aunque con no poco sacrificio, pero contribuyó mucho a mi afición por la astronomía. La asignatura me introdujo lógicamente a hacer cotidianos muchos de los nombres que han contribuido a la evolución de nuestro conocimiento de la Naturaleza, desde Platón, con su célebre axioma de explicación de la mecánica celeste mediante la perfección geométrica del círculo, hasta la teoría de la relatividad de Einstein.
Asistí hace algún tiempo (setiembre 2010), con agradecida sorpresa, a la lectura teatralizada de las actas de la inquisición  del juicio a Galileo, que algunos socios de Agrupación Astronómica de Sabadell realizaron en colaboración con la Universidad Autónoma. En este juicio tuvo que abjurar de sus ideas o hubiera acabado en la hoguera,como Giordano Bruno.
El trabajo de Galileo dio un vuelco absolutamente radical a la física que tan inteligentemente  había desarrollado Aristóteles, tan cargada de sentido común que duró 2000 años. Galileo cambió la mirada al mundo, cambió la explicación de una manera nueva. Interpretó a la Naturaleza con lenguaje matemático, es decir, fue el artífice del método científico. Supo explicar con rigor el movimiento de los cuerpos contra toda evidencia de los sentidos y supo explicar y romper con el carácter inmutable de los cielos haciendo terrenal lo que tenía atributos divinos. Sus descripciones de las fases de Venus y de la Luna le acarrearon, a pesar de pruebas irrefutables, grandes detractores. Él era irónico y muy seguro de sus demostraciones así que a la muerte de uno de sus más acérrimos enemigos, Giulio Libri, matemático y filósofo aristotélico de la Universidad de Pisa, escribió el siguiente epitafio: “ha muerto en Pisa el filósofo Libri, acérrimo impugnador de estas fruslerías mías, el cual, no habiéndolas querido ver en la Tierra, quizá las vea al irse al cielo”.
Su aportación por tanto fue asombrosa y queda para mi memoria la imagen de su tumba en un viaje a Florencia, donde sentí emoción sincera.

Todo esto viene a cuento por el libro que estoy repasando de una colección de RBA sobre Grandes Ideas de la Ciencia. Una gozada.

jueves, 2 de enero de 2014

Salir

Mi compañera y yo salimos del ambiente urbanita hace algunos días ya, justo antes de Navidad. Nos gusta, como a todo el mundo, un paisaje singular, unos pueblos encantadores, con apenas gente por cierto (días de diario) y una buena meteorología acompañando claro. Me abstengo de los comentarios prosaicos sobre comida y hospedaje, me quedo con la sensación amable de lo visto y vivido. Dejo algunas imágenes que no hacen justicia al directo.