Me voy de vacaciones a mi pueblo en Zamora. Hojalá me encontrara con una de estas maravillas aunque reconozco que me pilla un poco lejos. Ya me queda menos para saber algo más de fotografía y algo más de economía y oportunidad para ir a estos lares por encima del Circulo Polar Artico.
Fotocomedor

martes, 29 de julio de 2014
domingo, 27 de julio de 2014
Realidad
Decidir si uno es realista o no es un poco problemático, sobre todo si tenemos en cuenta la realidad de la que habla la física. La realidad de la que habla la política es muy mucho otra cosa. Conocida en mi entorno la debilidad que tengo por la ciencia será interesante ver este pequeño vídeo sobre la realidad cuántica.
Secreto
Jo, qué bueno! Buscando el
secreto de la felicidad no me estaba dando cuenta que la tenía al lado, que
estaba conmigo.
Estaba y está en la sencillez de
querer a una compañera a rabiar; en la sencillez de aceptar con un poquito de
conmiseración los ditirambos y sucumbes de tus hijos; está en la alegría
desmesurada de un encuentro con los nietos, esa espectacular recepción de un temprano y titubeante deambular que termina su recorrido en tus brazos, en la risa desatada
de los juegos del absurdo, en un beso inesperado; está en la alegría del sexo
con la madurez exigida de los años que tienes; está en la generosidad y la
entrega de compartir la amistad en alma y a veces en cuerpo aunque los achaques
te lo limiten, depende claro está de lo que pida la ocasión.
No hace falta complicar la
búsqueda a partir de las huecas consignas ni las divinas palabras de santeros al
uso, de mil religiones o mil iluminados que opinan de la grandeza y la miseria
del alma. No, todo es más sencillo, todo es más cotidiano y más cercano, todo
es más instintivo, más intuitivo, más íntimo y más propio. Se trata, tal vez, y
sólo tal vez, de elegir un camino que quieres y puedes recorrer. Seguro que en
él se te enreda, sin pensarlo siquiera, una felicidad que sólo podrás ver en
tiempo pasado pues la felicidad, creo yo, poco entiende de promesas: hasta aquí
puedo decir lo que he sentido y siento, a partir de aquí sigue siendo siempre
un reto. Tal vez, y sólo tal vez, se trata de no eludirlo.
Por supuesto esto no es una
consigna.
martes, 22 de julio de 2014
Demagogia versus realismo
Decía Manfred Max-Neef, un activo
economista y ambientalista chileno, en una conferencia del año 2009 que me ha
pasado mi amigo Antonio, que la FAO necesitaría 30.000 millones de dólares
anuales para erradicar el hambre de 1.000 millones de personas en el mundo.
Paralelamente las ayudas públicas emitidas para salvar a los bancos y el mundo financiero
han sido del orden de 17 billones de dólares (17 millones de millones de
dólares). Hacer la división nos daría como resultado que daríamos de comer
durante ¡560 años ! a todos los que lo tienen todo perdido en lugar de dárselo
a los que lo tienen todo. Si pedimos erradicar el hambre seguro que nos
tacharán de demagogos pero si defendemos salvar a los especuladores nos elogiarán por ser realistas. Así están las cosas: las reservas del dinero público están
para salvar los incumplimientos de las reglas de juego que dicen tener
los mercados. El neoliberalismo, como ideología imperante, trata de
convencernos no sólo de que es la opción realista sino que es la única y por supuesto nada demagógica aunque basta revisar críticamente los mitos en los que se fundamenta para ver la demagogia de verdad.
El neoliberalismo se proclama
como ideología ganadora y hegemónica en el mundo tras el desgaste socialdemócrata
y el fracaso del comunismo. La liberalización de los mercados y las
privatizaciones conlleva dejar al Estado en esqueleto y vaciado de esencia
democrática. El neoliberalismo no es una situación coyuntural o una respuesta
de ajustes ante la crisis; el neoliberalismo creo que es una ideología en el
sentido definido por Hannah Arendt: la lógica de una idea cuyo distintivo
esencial es la consistencia lógica con la que se pretende, casi
científicamente, dar explicación del pasado e interpretar los caminos del
futuro. Desde sus premisas pretende dar explicación excluyente, sin otras
alternativas, de la realidad que vivimos. Esta explicación omniabarcadora, que
quería suplantar la naturaleza humana misma, era referida por Arendt para los
totalitarismos conocidos, fascismo o comunismo, pero por la pretensión
hegemónica que pretende el neoliberalismo le cuadra la definición.
Afortunadamente el concepto de lo humano no se deja atrapar en una
definición estática y cerrada, dado que
la imprevisibilidad del hacer humano puede lograr cosas tan nuevas que nadie
sería capaz de predecir.
Conviene no confundir
neoliberalismo con liberalismo, incluso podría decirse que son antagónicos. Aquél
liberalismo representado por los Adam Smith y los Stuart Mill, era
representativo de una burguesía revolucionaria en sus ideales humanistas,
cargado de una ética enfrentada a las consecuencias generadas por la revolución
industrial y se preocupaba por los problemas sociales (Hector Samour). A los
neoliberales, demostrado queda, les importa un rábano el sacrificio social.
El neoliberalismo es una
ideología que busca la universalidad y para ello se basa en una concepción del
ser humano, una antropología definida y se basa también en una teoría de la
sociedad y en una teoría política y del Estado que no pretendo desarrollar pero
sí podemos afirmar a grandes rasgos que bajo la mirada neoliberal somos seres
posesivos, es decir, tenemos un individualismo posesivo que eleva la propiedad
privada a la característica esencial de la naturaleza humana. Los humanos somos
para esa mirada, desiguales por naturaleza y sólo es posible la igualdad ante
el mercado y la ley. El Estado es una estructura que sólo garantizará las relaciones contractuales entre individuos.
El concepto de “igualdad de oportunidades” significa en el neoliberalismo, no
un derecho igual para todos a tener una vida digna, sino “el mismo derecho,
igual para todos, de participar en la carrera competitiva para alcanzar el
máximo beneficio posible”. Las desigualdades sociales se postulan como desigualdades
naturales.
Lo dicho hasta aquí es una
aproximación a comprender dónde estamos y por qué. A comprender que la
demagogia versus realismo que apuntaba al inicio puede que no sea fácilmente
resoluble a favor de la primera pero lo que está claro es la terrible
obscenidad que representa tan enorme e injusto despilfarro y desigualdad.
miércoles, 9 de julio de 2014
Cisne
En este cielo de verano podemos aprovechar para contemplar una constelación que es preciosa además de ser muy grande y fácilmente identificable. Se trata de la constelación del Cisne que se extiende a lo largo de la Vía Láctea y tiene forma de cruz latina en la que distinguiremos algunas estrellas principales. En el extremo superior de la cruz está Deneb, ("la cola"); en el cruce de los dos brazos está Shedir ("esternón");en el ala derecha encontramos a Gienah ("el ala") y en la base de la cruz está Albireo ("estrella del pico"), una doble majísima que puede ser observada con unos simples prismáticos para observar que son dos estrellas, una más rojiza y la otra más azulada. Por lo que parece fueron los griegos los que colocaron aquí el cisne, según nos cuenta Eratóstenes, que es el ave en la que se convirtió Zeus para seducir a Leda. Hiparco y Tolomeo hablaron sólo de un ave. En el siglo X, los astrónomos árabes llamaron a esta constelación "la Paloma" e incluso "la Gallina" así que es lógico pensar que Deneb se derive de la expresión Dheneb-al-Dagiagiah, que significa "la cola de la gallina". En el Renacimiento se recuperó el nombre de Cisne, evidentemente mucho más glamuroso y literario que la doméstica gallina.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)