Fotocomedor

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miércoles, 26 de junio de 2013

Planetas.

Desde que se han ido descubriendo planetas alrededor de estrellas relativamente cercanas (si cercano puede llamarse a 20 años luz por ejemplo) permite proyectar una estadística de la que hoy me han dado un dato: 10.000 millones de planetas en nuestra galaxia, La vía Láctea, algo parecida a la de la foto, Andrómeda. No sé si sentir un enorme vacío de incomunicación, con tanto potencial de planetas en silencio de nuestra casa galáctica, o bien una sensación de agobio y saturación. Como estuvieran habitados sería para salir corriendo  de la galaxia ¿no?. 

También me han dado datos que sirven para que los cosmólogos, ésos que intentan darnos una explicación y orden de todo lo que nos rodea, vayan afinando y haciéndose menos especulativos gracias a las medidas de precisión, pero hay un concepto que los deja, nos deja, un poco impotentes: el concepto de infinito. 

He tomado nota de algunas de estas cosillas en la conferencia de los miércoles de mi Agrupación Astronómica de Sabadell. Iré contando.

lunes, 24 de junio de 2013

Acercándose a la cuántica



Desde hace mucho tiempo la Física viene buscando una teoría que unifique todas las fuerzas conocidas de la Naturaleza: gravitacional, electromagnética, nuclear fuerte y nuclear débil, algo parecido a lo que ya los físicos presocráticos venían haciendo al intentar encontrar un principio de todas las cosas (arjé), como el agua, o el aire, etc. Era una búsqueda que se relacionaba mucho con una idea de armonía cosmológica, una idea que diera razón y sentido a todo lo observable. Así lo hicieron los pitagóricos; lo hizo Platón con su famoso axioma del círculo para explicar todos los movimientos de la mecánica celeste; lo hizo Kepler  que con sus ecuaciones sobre las distancias y movimientos planetarios pretendía mostrar una armonía de orden musical. Todos esos intentos de físicos y astrónomos tenían detrás un trabajo de supervivencia (se jugaban las cosechas) gracias al cual hemos llegado hasta aquí. Imprescindible no dejarnos nunca llevar por el presentismo, esa idea que ridiculiza a los grandes científicos que nos han precedido, desde los antiguos griegos, y que nos los hace mirar como ingenuos, como si nosotros no lo fuéramos para la mirada de los de aquí a cien años.
 Hoy los científicos trabajan en dos teorías diferentes que se ocupan de cosas diferentes aunque complementarias: la cuántica, preocupada por el mundo de lo más pequeño, con sus partículas elementales, y la relatividad, preocupada por cómo es y como interacciona el universo, intentando dar respuesta a una nueva cosmología.
Se busca, como apuntaba antes, una ley que armonice todas las fuerzas ¿por qué? ¿es necesario? Tal vez no, pero es evidente el enorme atractivo de la idea. Como siempre, la ciencia ahonda en las explicaciones que presentan irregularidades, éstas a su vez ponen en crisis a una explicación y aparece una nueva que parece colmar nuestras expectativas. Es la teoria del desarrollo científico, de los paradigmas y sus cambios, que nos explicaba Khun. Por cierto, las ciencias económicas no ahondan en investigar las irregularidades. Así les va, así nos va.


Todo esto viene en parte referido al encuentro con la joven Sonia Fernandez-Vidal, doctora en física cuántica por la UAB que intentó acercarnos a la relación entre física cuántica y realidad en la conferencia realizada en la Agrupación Astronómica de Sabadell. Lo hizo muy bien y me llevé su libro (dedicado, naturalmente) titulado Esmorzar amb partículas (Almuerzo con partículas) con una apreciable voluntad divulgativa ya que el subtítulo dice”La ciencia com mai no s’ha explicat”( La ciencia como nunca se ha explicado). Ya daré cuenta de lo que haya aprendido de física cuántica, que empieza a estar más cercana de lo que parece a nuestra comprensión. Exige, eso sí un buen esfuerzo para nuestra capacidad de entender al implicar conceptos nuevos, enfoques nuevos, nuevas formas de mirar y de pensar.

domingo, 23 de junio de 2013

Hannah Arendt, la película




Fui en sesión matinal a ver la película Hanna Arendt, de Margarethe Von Trotta, que ya firmó una película sobre Rosa Luxemburgo que no he visto. Arendt es una controvertida pero genial filósofa a la que he leído un poco y a la que tengo que agradecer algunas ideas claras sobre los totalitarismos. Amante de la verdadera política, único espacio de la comunicación colectiva, Arendt sigue siendo tratada por izquierdas y derechas siempre de manera sesgada y confusa. Como dice Manuel Cruz, un profesor de los que tuve en Filosofía, Arendt, “a pesar de ser conocida no acaba de estar del todo identificada” y seguramente será por eso que, como decía el Antonio Muñoz Molina de mi última entrada, era una “aguafiestas”, quiero decir con esto que fue capaz de ponerse a contracorriente siendo fiel a sí misma. En cualquier caso, para mí, es digna representante de un pensamiento abierto, sin dejarse intoxicar por nacionalidades, religiones, ideologías, etc.


Arendt asiste al juicio del criminal nazi Eichmann, secuestrado por el servicio de inteligencia israelí y llevado a Israel. La revista New Yorker la envió para cubrir ese juicio y  escribir por entregas todo su desarrollo. Posteriormente acabaría en formato libro: Eichmann en Jerusalén.


La película me ha gustado, no sé si por mi predisposición al personaje, pero admito que la trascendencia del dilema moral que se toca no hace fácil entusiasmarse con una buena realización, una buena dirección y una buena interpretación. Sólo he visto un poco forzada la actuación tan amorosa y comprensiva del marido, tal vez para contrarrestar la imagen de arrogancia y distanciamiento afectivo que debía tener la filósofa. A retazos oportunos, el guión nos va recordando la relación que tuvo con el filonazi y archiconocido filósofo Martin Heidegger. Buena parte de la película recoge testimonio directo de las preguntas y respuestas en el juicio.


Su análisis del personaje juzgado levantó pólvora en muchos frentes: en los judíos, en la prensa, en el ambiente académico. Su afirmación no presentaba dudas: Eichman era un funcionario imbécil, superficial, sin sesera, que obedecía estrictamente órdenes aunque estas fueran mandar a miles y miles de judíos a los campos de exterminio y ,por si fuera poco, Arendt achacaba, por el peso de los hechos, responsabilidad a jefes judíos que colaboraron con los nazis.
Hanna Arendt

Desde el punto de vista teórico lo que expone y defiende en la película, con algunas partes de su discurso literales, es el concepto de “banalidad del mal”, banal porque las dimensiones del mal provocado no tenía descripción ni medida previa conocida, de tal manera que al buscar raíces de ése mal, siquiera desde el sentido común, no las encontraba, no había nada, un mal tan salido de campo que se salía del pensamiento, que lo desafiaba. Lo único que había de la personalidad de Eichmann era nada, ningún pensamiento, sólo banalidad ante los crímenes horrendos. O sea que según Arendt existe un mal que puede ser realizado por cualquiera (es terrorífica esta idea) por falta de pensamiento. Esta característica creo que la recoge muy bien en su análisis sobre los totalitarismos en los que el sistema anula completamente al individuo, como es el caso. Decía en mi entrada anterior que la Literatura nos descubría la verdad y los matices de lo particular mientras que esos sitemas trataban siempre de anularlo.


Arendt tuvo verdaderos problemas para que la entendieran y para explicar lo que parecía inexplicable, a saber, que un mal tan radical como el que se juzgaba por la muerte de millones de judíos, fuera calificado como “banal”. Gran parte de su vida tuvo que insistir en sus explicaciones.

 En definitiva, buen cine de reflexión.

viernes, 21 de junio de 2013

Trafico de historias



El día 20 de junio a las 7 de la tarde fuimos mi amiga D. y yo a una conferencia que daba mi admirado Antonio Muñoz Molina (AMM), para mí referente y en cierto sentido (de sentir) mi alma gemela, con la diferencia obvia de que él ESCRIBE y yo no. Pero mejor os cuento mis impresiones iniciales e intento decir algo de lo mucho que dijo.



El personaje que yo he construido a partir de las lecturas que AMM nos ha ido ofreciendo, por artículos, entrevistas, sus libros, etc, curiosamente digo, ese personaje que casi inevitablemente se idealiza, es exactamente igual a la persona conocida. Al menos así me dio la impresión. Una verdadera capacidad de explicar las cosas con sencillez, con la elegancia de lo simple y a la vez profundo y también una precisión  total de las palabras que emplea, de los adjetivos tan acertados casi siempre. Ese dominio del discurso (habló una hora sin mirar notas) mostrando coherencia es envidiable ya que uno piensa algo y, a la hora de expresarlo, bien puede pasar que te pierdas en circunloquios o, aún peor, que te entiendan todo lo contrario de lo que piensas. Vivo con impotencia muchas veces la incapacidad por hacerme entender. Con AMM se entiende todo perfectamente.



La conferencia iba dirigida a potenciales escritores de la Escuela de Escritura del Ateneo de Barcelona que por otra parte es también escuela de lectura porque tiene una biblioteca preciosa, voluminosa, con un encanto modernista acertado según puede verse.





La clase magistral giró en torno a cómo hemos de relacionarnos con la Literatura, saber con precisión cómo queremos que sea esa relación. No pudo, aunque se lo pidieron, dar mensajes de optimismo a los nuevos aspirantes: “El optimismo, así como el pesimismo, en esta materia son absurdos”. Uno se enfrenta al acto de escribir porque quiere, nadie nos lo pide, y la clave está en que aquello sobre lo que escribas sea muy importante para ti. Uno debe ser honesto en este punto, no debe engañarse, ni para escribir ni para leer. La literatura puede ser una fuente de felicidad o de amargura y el consejo que nos daba AMM era el ser consciente, que se sepa, qué relación se quiere tener con ella. Apostar por el trabajo de escribir, como cualquier trabajo, dará sus frutos antes o después y de conseguirlo la sensación es de plenitud.



El contar, el narrar, no es un lujo cultural, es un rasgo mismo de la condición humana y  la tradición de escribir es relativamente reciente pues lo que ha predominado es el contar historias, traficamos constantemente con historias así que en ese sentido todos somos novelistas. Ciertamente hay mucho talento narrativo desperdigado por ahí, de lo que se trata es que ese talento se ejercite con humildad. El narrar, el contar, viene de lejos e irá muy lejos, más allá de las polémicas sobre el medio que la narración elija: papel, piedra, dígitos, da igual, el instinto de contar lo que pasa, lo que nos pasa, no desaparece y por supuesto es universal.



Sabemos que toda experiencia es singular, pero todas las experiencias, contadas, pueden ser inteligibles. La Literatura no trata de lo bueno y lo malo, lo blanco y lo negro. La Literatura es el reino de los matices, que es seguramente lo que nos enriquece, y se encarga de hacer literaria la experiencia, no al contrario, es decir, las grandes experiencias, que podrían parecernos literarias, no son condición necesaria para escribir y hacer Literatura. En el acto de escribir puede ocurrir que las mejores historias no tienen por qué ser inventadas y tras esta afirmación nos contó (siempre se trata de contar ¿os dais cuenta?) que una alumna suya había escrito cierta historia de ficción algo rocambolesca y artificiosa. Entre la conversación que mantenían le preguntó dónde había nacido, a lo que respondió que era de un pueblo de León que tenía un solo habitante: su madre. Acto seguido la recomendación era evidente: ahí tenía un material mucho más auténtico para escribir. Una vida puede contener todas las historias del mundo. La belleza del relato de las cosas más cercanas son las que pueden ayudar a crear la ficción recurriendo a ella sólo cuando se muestra imprescindible, cuando no hay más remedio. Será luego el oficio de escritor el que determine cuándo hay que elegir o no la ficción y lo más importante de todo: aquello que se elige debe importarle mucho al que escribe. Se trata de saber y determinar a qué profundidad del alma se encuentra algo.



Si se quiere escribir es importante el abandono, el dejarse llevar, pero con el cuidado de controlarlo luego todo con plena exactitud. Literatura es abandono y control, hay que revisar despiadadamente para que el resultado literario tenga la categoría de lo que debe leerse dos veces para ser Literatura. Y cuidado de nuevo porque si  sale bien se corre el peligro de ser secuestrado por el mismo estilo. Escribir una novela no es saber hacer novelas pues en cada novela nueva aprendes a hacer novela. Así lo experimentaba el propio Philip Roth.



Es curioso que le pedimos a la Literatura lo que parece un contrasentido: que nos mienta y que nos diga la verdad. Esta verdad de la Literatura la suscribiría Alain Finkielkraut porque en su libro “Un corazón inteligente” viene a mostrar la frustración del silencio de Dios (religiones) y el fracaso de las ideologías absolutas, totalitarias. “Ambos polos no pueden dar respuestas, pero sí la Literatura. La mediación de ésta no supone ninguna garantía pero sin ella la gracia de obtener un corazón inteligente seguiría siempre inaccesible, y tal vez, conoceríamos quizá las leyes de la vida, pero no su jurisprudencia”. Quedó claro que esos polos, para AMM, pretenden anular esa experiencia de lo particular y por si fuera poco han resultado históricamente muy genocidas.



Resumiendo: mis impresiones de la clase  magistral recibida colmaron todas mis expectativas. Creo que se merece de sobra el Premio Príncipe de Asturias y lo felicito por ello. En su intervención se notaba sutilmente el enorme soporte cultural que tiene adquirido en arte, en música, por supuesto en Literatura, pero en ningún momento sus citas resultaron pedantes. En absoluto. Tiene la elegancia de una transmisión del conocimiento lisa, comprensible, profunda. En definitiva, una gozada. Mi amiga D. y yo nos acercamos a saludarle humildemente para darle las gracias y aprovechar que nos firmara un libro suyo,”Ardor guerrero”, dedicado a E., esposo de D. y uno de mis mejores amigos. Después nos fuimos tan contentos.






domingo, 16 de junio de 2013

Congreso

Hoy he estado (no he asistido) en el 46º Congreso de Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) que se celebra del 14 al 17 en el Palau de Congressos de Catalunya.


He estado como digo en el Stand de mi Asociación Catalana de Fibrosis Quística, con el ánimo de informar, sensibilizar, a todo aquél que pasara por allí. He tenido la impresión durante bastante rato de estar en un país que funciona: médicos, conferencias,  tecnologías, últimos medicamentos, avances científicos, etc., pero al poco he pensado que algo importante se estaba yendo al traste. Las pequeñas asociaciones de enfermedades pulmonares consideradas raras o minoritarias están sufriendo, también, un ataque furibundo de las políticas de recorte.  Nuestra  asociación puede dar nombres y apellidos de científicos y programas de investigación, que están siendo despedidos, anulados, incluso a veces por la puerta falsa, es decir, tratando el poder político de disimular, tergiversar, confundir a la opinión pública con los típicos eufemismos de racionalización de servicios, productividades, etc, que todos ya conocemos. He sentido una profunda tristeza porque allí he visto, aunque fuera indirectamente, los efectos inmediatos y sobre todo los efectos a medio plazo que habrán de padecer muchas personas. No se contarán esas víctimas en los efectos de las políticas económicas irracionales que se están tomando. De hecho no serán ni siquiera víctimas, serán sólo muertos. 

Se pudre este modelo social y el que lo sustituye huele todavía más a podrido. Sólo vislumbro algo de esperanza en que la sociedad civil se asocia y se une en temas más o menos puntuales, en lo sanitario, en lo  cooperativo, en lo social, que crea una red  de sostenimiento de valores que van más allá de las estrictas plantillas económicas y políticas que se nos imponen. Se salva esta sociedad por esa red de voluntades que no se amedrenta ante tanto ataque. Puede que las cosas, de persistir en el tiempo, hagan estallar esta burbuja de sacrificio.

Vencer al tiempo



Una adaptación para mi nieta del grandísimo Miguel Hernández. Esta nana, cantada por Luis Pastor en mis años mozos me pareció siempre única.


Con seis meses, seis flores
cumples ahora.
Seis alondras llenando
toda tu aurora.
 
Niña radiante :
va mi sangre contigo
siempre adelante.

Sangre mía, adelante,
no retrocedas.
La luz rueda en el mundo,
mientras tú ruedas.
 
Todo te mueve,
universo de un cuerpo
dorado y leve.

Herramienta es tu risa,
luz que proclama
la victoria del trigo
sobre la grama.
 
Ríe. Contigo
venceré siempre al tiempo
que es mi enemigo.


jueves, 13 de junio de 2013

Musica y músico.

Es muy difícil escribir sobre música para que el que lee sienta aquello mismo que el que escribe, es más, creo que es imposible. En este juego de transmitir emociones con la música tengo a mi amiga I. que vía facebook me sorprende de vez en cuando. Esta vez ha sido con un artistazo de por aquí, de la tierra: Roger Subirana que tiene un montón de música libre (yo lo he visto en Jamendo), y se puede gozar mucho, mucho. Añado unos de los múltiples ejemplos de la limpieza  de su música. Me ha encantado.



miércoles, 5 de junio de 2013

Musica



Pienso que es inigualable esa sutil sensación de estar tomando una copa de vino con verdadero deleite, sintiéndote a gusto, bien acompañado, la risa distendida y sincera, aflojando tensiones y dejándote llevar por las palabras a ritmo justo, a intensidad precisa, a seducción consecuente entre miradas, entre gestos y…entonces, una melodía abigarrada de recuerdos suena en el local, inmoviliza tu cuerpo, te hace bajar la cabeza lentamente hasta el pecho, secuestra toda la atención y notas que va a estallar una lágrima de dulzura.

Decía Shumann que la música sería un arte muy pequeño si sólo resonara, si no tuviera sitio para los estados de ánimo.

martes, 4 de junio de 2013

Librito de Astronomia



No estoy muy seguro de haber referido que tengo un pequeño librito titulado “Una pequeña historia para entender el Universo”, de Hubert Reeves, que obtuve vía Agrupación Astronómica de Sabadell de la que soy socio, más bien socio protector porque utilizo muy poco sus medios, que son muchos. Desde que estoy en tiempo “libre” me faltan horas para atender mis ganas de hacer, lo cual reafirma mi carácter, o condena, de ser aprendiz de todo y maestro de nada. Estos apuntes fueron hechos hace tiempo y ahora transcribo.



El libro surge de la conversación sobre Astronomía de un abuelo y su nieta, conversación que yo veo, en el tiempo, como una conversación con mis nietos. Todo llegará. Hay un capitulo que se titula “La naturaleza está estructurada como la escritura”. La didáctica utilizada debería servir para explicar cómo funciona la ciencia. Los hombres se han hecho preguntas sobre la naturaleza y las respuestas no eran satisfactorias. Los truenos de las tormentas no eran los gritos de enfado de un dios de las alturas. Personajes más en la imaginación que en la realidad, eran insuficientes para explicar acontecimientos, por ello, algunos griegos miraron de cara a la propia naturaleza y a ella le preguntaron para encontrar las respuestas en ella misma. Las respuestas eran como mínimo más interesantes y algo más satisfactorias: los eclipses eran una interposición de la Luna entre el Sol y la Tierra, por ejemplo. Las pruebas eran más convincentes y sobre todo la capacidad de determinar el futuro de los acontecimientos hace que las respuestas científicas sean bastante más creíbles. No son otra religión. Son más creíbles. ¿Por qué digo esto? Porque siempre existe la duda. La duda se impone de tal manera que cuando las preguntas sobre la naturaleza no son suficientemente satisfactorias, entra en crisis de tal manera que se producen los cambios de modelo, o en palabras de un científico llamado Khun, se produce un cambio de “paradigma”. Pero este método de interrogar a la naturaleza y responder con pruebas convincentes es precisamente el método científico, que obviamente ha tenido muchísimo éxito desde los tiempos de los griegos como Thales, Anaximandro, etc, verdaderos científicos de su tiempo. Ya no hablo de éxito del método a partir del XV, por cierto interesantísimo. Ya hablaré de él.

¿Qué le diríamos en persona a aquéllos científicos griegos si nos preguntaran sobre nuestro conocimiento?. Aquí está el quid de la cuestión y que debe hacer reflexionar mucho: responderíamos “La naturaleza está estructurada como la escritura”. Expliquémoslo.

Tengo un papel delante y escribo la letra “R”. No tiene significado todavía. Añado la letra “O”. Seguimos igual. Añado la letra “J” y después la “O” y ya tengo un significado; el color “ROJO”· Pues bien, este aparecer del significado se llama propiedad emergente. Podemos añadir ahora palabras, frases, paráfragos, discursos enteros, hasta la complejidad si se requiere de nuestro conocimiento. Cada escalón de construcción desde la primera letra añade una propiedad emergente. Esta es nuestra estructura de comunicación.

¿Dónde está el paralelismo entre la estructura de la naturaleza y la escritura? Ejemplo: el agua está formada por átomos que como son como letras; dos átomos de oxigeno y uno de hidrógeno, que libres son una cosa y juntos en una molécula son otra propiedad emergente. A la sal le ocurre lo mismo con el cloro y el sodio. Entonces: los primeros escalones son los átomos y las moléculas son las palabras, escalas más arriba. Escala de naturaleza igual a la escala de la escritura, con sus diferentes escalones de complejidad a medida que vamos ampliando la mirada, desde lo más pequeño, a lo más grande. La física actual sigue intentando encontrar las primeras letras de esta escritura, las partículas fundamentales de toda esta estructura, es decir, la duda todavía sigue presente en nuestros fundamentos. Éste es el principio de reflexión que quería señalar y añado: ¿Es correcta la analogía empleada para la explicación? ¿Sería más correcto decir, como decía mi admirado Galileo, que la naturaleza habla en lenguaje matemático y gracias a ello él descubre sus leyes?. ¿O somos notros los que ponemos esas estructuras lógicas en la naturaleza? Buen tema filosófico para seguir haciendo preguntas.