Fotocomedor

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lunes, 30 de septiembre de 2013

Pastel inteligente

Siempre he dicho que lo único que puedo llegar a envidiar es una casa de verdad, es decir, puesta en la tierra, de un solo plano y con un huerto generoso. Como no he tenido la oportunidad de tener casa, no he tenido la oportunidad de tener huerto, así que esa maravilla de relación que se establece con la naturaleza mediante unos tomates, unos pimientos, unas patatas, etc., la sustituyo por un poco de cocina. Ya veis qué sencillo es de sustituir y qué complicado para hacerlo bien. Pero tengo alguna ayuda y se trata de La Tata Conxi que con su saber hacer me pica de vez en cuando y me atrevo con algunos postres. Elijo los postres porque éstos son los menos esenciales en la comida, quiero decir que son lo que realmente no necesitamos para alimentarnos. Es un capricho añadido a nuestra alimentación y por capricho hace uno un huerto o postres, que lo mismo da que da lo mismo. El último postre se llama “pastel inteligente” y no tiene nada que ver el nombre ni con la corrupción ni con la ironía política. No. Se trata de que al mezclar los ingredientes en la elaboración, luego, en la cocción se distribuyen cada uno en su sitio: una base, una especie de flan consistente y un poco de bizcocho. por este orden. Así que aquí lo tenéis, el pastel inteligente que tal vez recibe su nombre también porque no hay que emplear ningún azadón.




martes, 24 de septiembre de 2013

Nada

Muchas veces, comentando con mi hija sobre el asunto de Dios, me expresaba la misma pregunta legendaria en toda academia, pequeña o grande: ¿Quién creó al creador?. Lógicamente esto pilla a cualquiera un poco fuera de juego y se tiene que acudir a herramientas como la fe y otros artilugios para sostenerse, cosa en la que no pongo ningún empeño.
Pero lo que tiene visas de cierta claridad es que al final ¿cuál es la diferencia entre argumentar a favor de que exista un Creador que se presenta como eterno o argumentar sobre un Universo infinito que exista eternamente?. Sí, sí, parece exigirse algún sentido a todo esto e incluso puede parecer duro pensar que no hay alguien que se lo dé, ordenando, organizando, pensando y ofreciendo garantías éticas. etc., pero la verdad es que la idea de ese alguien, por sí sola, no parece que sea suficiente para que consintamos en decir que existe. La nada no parece un concepto descabellado para explicar algunas cosas.


Con estas cosillas me voy a entretener  con el libro que me he comprado de Lawrence M. Krauss, Un universo de la nada, para ponerme al día en estas nuevas cosmologías que tanto me gustan. Y luego algo contaré claro.

Desigualdad.

Un enfoque diferente de la desigualdad social es el que se analiza en este artículo que recomiendo. La contradicción que supone y arrastra el sistema capitalista sobre la ocupación, el trabajo para todos, es insuperable, como toda contradicción. Me ha parecido una buena reflexión aunque se pueden discutir algunos matices.



lunes, 23 de septiembre de 2013

Musica

Me hace pensar esta capacidad que tenemos para escuchar música en cualquier momento del día gracias a los múltiples medios con los que contamos para hacerlo. Nos acompaña al despertar, nos puede acompañar durante una buena comida, puede dar luz a una mañana gris y sombras a una tarde que languidece. Puede llenar de emoción un instante o puede acompañarnos insistentemente una melodía que nos dura todo el día. Del gozo al llanto puede haber un cambio de notas, un cambio de timbre, una armonía. Nos cruza de parte a parte y desconocemos ese secreto que hace vibrar nuestro sentir. Es un lujo a nuestro alcance desde hace relativamente poco tiempo y trato de imaginar épocas anteriores al siglo XX ¿cuántos podían y tenían la oportunidad de escuchar música bien ejecutada? Los momentos, si se daban, debían tener un carácter muy especial, recibido seguramente con veneración. Nosotros podemos apretar un botón y nos trasladamos, nos transformamos y si no nos gusta cambiamos cuando y como queremos. Poder contar con esa posibilidad para nuestra sensibilidad, no tiene precio. Hasta el punto que no imagino la vida sin música, la que nos guste claro, pero música.

Dejo este enlace de la música que me acompaña y me recoge ahora mismo, sin ir más lejos, con otro de mis animales de compañía: un libro.

jueves, 12 de septiembre de 2013

Diada

Estuve en la Diada. Me acerqué con mis matices políticos e ideológicos a la concentración que rodeó la sede de un símbolo suficientemente acreditado del capitalismo financiero: La Caixa. Me interesaba marcar este aspecto de mi presencia en un día en que una gran cantidad de gente de mi pueblo, el pueblo catalán, iba a estar en la calle. Y vi a un pueblo ilusionado, casi cándido, pacífico, festivo, cogidos de manos y corazón. Tras la aparente sencillez de los actos ha habido necesariamente una enorme organización e implicación de multitudes. Es un gran valor. No quedará más remedio, antes o después, que decidir en un referéndum. La política llevada hasta ahora (si es que ha habido verdadera política) y los políticos que la han protagonizado, no da más de sí. La persistencia reivindicativa obliga a nuevos caminos no contemplados hasta ahora. Ojalá no desemboque en nacionalismos simplificadores vacíos de razón y llenos de emotividad. Es posible que sea la hora de despejar dudas.







lunes, 9 de septiembre de 2013

Independencia es la palabra

Sigo con el empeño de ir siguiendo a quien seguir en los análisis políticos sobre la independencia. Este artículo aporta lo suyo al tema y creo que vale la pena.

sábado, 7 de septiembre de 2013

Independencia es la palabra

Sigo perplejo con la constatación del crecimiento independentista en Cataluña.Eso quiere decir que si a estas alturas no he podido entenderlo es que mi capacidad para analizar este tema es baja o sencillamente nula. No descarto cierto desapego y alejamiento del asunto.El independentismo no ha sido nunca santo de mi devoción, fundamentalmente porque las fuentes de las que he bebido en esta materia han sido federalistas y tiendo a proyectar mi deseo, aquello que me gustaría, en una realidad que se muestra a contrapelo.
El independentismo y su transversalidad a la hora de movilizar a personas de diversos credos ideológicos y de diversos estatus sociales se me hace difícil de tragar, con eso quiero decir que un movimiento independentista vacio de modelo social o económico no me despierta casi ningún interés, excepto en aquellos aspectos, vamos a llamar sentimentales, auténticos, que configuran la identidad de los pueblos, su sentir más genuino. Estos aspectos son los que creo que se manipulan más fácilmente y de ahí mi desconfianza para los partidos que nunca han tenido en sus programas objetivos independentistas, ya sean de derechas o izquierdas. Y me repatea la idea de convertir las elecciones en plebiscitarias, o lo que es lo mismo, a jugar al sí o el no, sin más ni más.
Manifiesto mis respetos por aquellos que dibujan coherentemente su horizonte hacia el independentismo y que además le dan contenido. Pero me asquean esos advenedizos que han creído que se podían subir al carro independentista sólo porque algunas variables políticas o económicas les puede dar rentabilidad electoral.Además se les irá de las manos y eso, socialmente hablando, es peligroso.Mi horizonte más claro es el de la justicia social, el de la lucha por la igualdad, el de la defensa de las cosas que nos son comunes y que son el pilar básico para la solidaridad. Es el horizonte que la consigna privatizadora a todos los niveles nos está  arrasando. Y los responsables de esas consignas no son sólo los de "fuera" sino también, y no veas cómo, los de "dentro".

En este artículo se aportan algunas claves para la reflexión y comprensión del campo político que hoy se juega en Catalunya.