Estoy pensando que toda mi vida ha estado
guiada en lo político y en lo sindical por una radicalización permanente porque
del poder hay que defenderse siempre, sea el que sea. Curiosamente ahora sigo
sintiendo esa radicalidad, como si por mí no hubieran pasado los años, y son
bastantes. No es normal y sería casi esquizofrénico pensar ahora lo que pensaba
antes, pero dadas las circunstancias políticas por las que estamos pasando,
resulta que cuando antes mi radicalidad era anarquista ahora mi radicalidad es socialdemócrata.
La barbarie neoliberal tiene estos efectos colaterales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.