El sueño laico y razonable de una
Europa de las ciudadanías, parece que se aleja cuando no hace mucho parecía próximo,
al mismo tiempo que veremos como saltan a la palestra la pasión de las patrias y
fronteras hostiles, las que echarán de su territorio a millones de desplazados
víctimas de la crisis económica.
Ese espacio que imagino también es
el espacio de la fallida izquierda, el espacio más exactamente de la fallida
socialdemocracia tal y como la entendíamos después de la II Guerra y más acá. La
socialdemocracia (partidos y sindicatos comunistas y socialistas incluidos) ha
cambiado el lenguaje propio, ése lenguaje que ha configurado y configura todavía
en algunos casos el concepto de sociedad
de bienestar, conseguida con el sacrifico de la mayoría de los trabajadores, y se lo ha regalado a los lobos neocapitalistas
en forma de discurso único. Los puñeteros mercados, sin cara, sin rostro, no
son más que el archisabido sistema capitalista acompañado ahora de la
irracionalidad desbocada de unos cuantos inútiles y peligrosos especuladores
que conforman lo que podemos identificar como “el poder” y que pone en peligro
nuestra convivencia, nuestro derecho a la justicia, nuestras ansias de igualdad,
nuestra enseñanza pública, nuestra sanidad universal, y que si seguimos así pondrá en peligro hasta
la propia democracia por dejarla vacía de representación y participación
ciudadana, en una imagen parlamentaria que da la sensación de teatro del malo.
Vemos a nuestros políticos como saltimbanquis intentando gustar, dar confianza,
a la voracidad capitalista, regalando nuestro modelo social ¿hasta cuándo? De
lo que no hay duda es que las medidas actuales darán “sus frutos”. Repito: "sus"
frutos.
Y mirando para dentro, para cada
uno de nosotros ¿qué queremos? ¿seguimos teniendo espacio, tiempo y medios para
modificar, controlar y regular el sistema capitalista o sólo queda la posibilidad
de subvertirlo? La decisión es de vértigo, pero no nos podemos quedar en la
idea de “lo que no queremos” y nos hemos de esforzar en la idea de “lo que
queremos”.
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