
Tras los terribles e imperdonables errores históricos de los totalitarismos en el corazón mismo de Europa parece que no hemos recobrado el aliento suficiente para un proyecto común. Se constata que somos una suma de girones maltrechos incapaces de recomponernos. Como dice Vila Matas, estamos en Europa y resulta que Europa no está, que lo único que afirma su existencia parecen ser señales del pasado y fantasmas por doquier. Somos la tragedia de un conjunto de despojos incapaces de darnos la alegría de un proyecto común sobre las bases sociales que permitieran una sociedad más justa, equilibrada, más igualitaria. Estamos en brazos de la voracidad capitalista y la limitación ideológica de los nacionalismos. Es imposible que con estas herramientas se construya un proyecto común. Que Cataluña quiera unirse tras la independencia inmediatamente a Europa sólo se explica porque Europa, tal como debería ser, no está. Y si no ¿para qué querríamos separarnos de una parte que estaría integrada en un todo?. Decidiré en breve lo del voto.
Es duro decirlo, pero, actualmente, siento envidia del modelo norteamericano. Que algo así no seamos capaces de alcanzarlo en un continente tan rico en historia y diversidad quita la iniciativa de voto a cualquiera.
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