Uno agradece enfrentarse a esta
muestra de arte figurativo en el que el juego de los sentidos es mucho más inmediato
y en este caso muy reconfortante. Hay una belleza y una armonía en el
movimiento de los cuerpos que te deja sin aire, se lo lleva todo ese movimiento
de la danza con una fuerza expresiva que escuchas hasta la música que podría
acompañarles. Es un regalo para la vista esos cuerpos en tensión acrobática que
beben de las imágenes del Cirque du Soleil y del Royal Ballet de Londres a los
que este artista, este maestro de la escultura, está vinculado.
Las formas humanas tienen una
precisión anatómica y en su tensión y plasticidad se siente una verdadera
emoción contemplativa. “Los primeros veinticinco años” es el título que recoge
la retrospectiva de Richard MacDonal pero que en su conjunto pueden ser también
un avance de lo que es capaz de llegar a hacer.
He lamentado no llevar la cámara
porque con mis amigos nos hemos recreado en los posibles ángulos que habríamos
escogido para nuestras fotografías. No obstante añado a esta entrada algunas de
las muestras fotográficas hechas con el móvil.
Que bien te explicas y como te has empapado de la exposición que en cuanto pueda me pasaré a verla.Un abrazo a todos, Maribel
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