Estuvimos en Úbeda, Baeza y
Cazorla (incluído su Parque Natural). Hemos hecho un recorrido suficiente
durante 6 días que nos ha dejado un regusto de bienestar, sensación que está a
punto de desaparecer de nuestro vocabulario social.
Úbeda monumental es un verdadero
homenaje al Renacentismo, no voy a descubrirlo, pero sí dejo constancia de que
una ciudad como ésta, que “a priori” me parecía pequeña, reúne tal cantidad de
historia e historias, arquitecturas diferentes, gótica, árabe, judía (la
sinagoga del agua, qué guapa), y la luz de sus plazas y sus noches medievales
que nos ha dejado sorprendidos porque el callejear era además una sorpresa
constante en cada esquina. El artífice de esta monumentalidad en el siglo XVI
fue Don Francisco de Cobos, personaje interesante donde los haya, que ganó
tanto dinero como administrador directo del Rey Fernando el Católico que tenía
una influencia tremenda aunque no era noble, pero casó con una niña (14 años
cuando él tenía 40) que sí aportaba nobleza: los Mendoza, que para quien siga
la serie de televisión de Isabel la Católica identificará el poder que tenían.
El apellido Cobos y el apellido Vandelvira dan razón de la mayor parte de la
monumentalidad de Úbeda. Uno de los edificios más emblemáticos es precisamente
el panteón que se hizo construir Francisco de Cobos: La Sacra Capilla del
Salvador del mundo, que aunque parezca una iglesia, no lo es.
Además ésta ciudad natal de uno
de mis escritores preferidos, Antonio Muñoz Molina, me predisponía al
encuentro.
Arrastré un corto espacio de
tiempo la espina clavada del robo de mi cámara de fotos el mismo día que llegué
a Úbeda, pero conseguí sobreponerme. La belleza de la ciudad, la gastronomía y
el hotelito tan agradable y relajado, contribuyeron a despejar nubarrones.
Baeza fue otra delicia
arquitectónica. Nombraré, por anecdótico, el
Palacio de Jabalquinto, una pieza que en las guías oficiales no hacen
explícito su simbolismo, y no tan sólo simbolismo, al sexo. En las fotos podéis
ver, por encima del arco conificado (o “coñificado”) unas “figurillas humanas”
(según pone en todos los catálogos) que son mujeres masturbándose. Las columnas
contrafuertes son un homenaje directo a los órganos sexuales: masculinos la de
la derecha y femeninos la de la izquierda. Evidentemente
esto no le gustó a la Iglesia pero no tuvieron reparo en aceptar el edificio tras
la petición de ampliación del Seminario de San Felipe Neri . Los condes
propietarios en ese momento del palacio lo cedieron, reservándose el derecho,
ellos y sus sucesores, de tener habitación cuando viniesen a Baeza, asiento
señalado en la capilla y el respeto integral de la fachada. Decían
que los seminaristas entraban con la cabeza gacha para no mirar de frente al
pecado.
La historia de Antonio Machado y
su relación con la Universidad y la ciudad no tiene desperdicio. Es una
maravilla.
Cazorla , el pueblo, es una
tortura para el paseante, con esas cuestas constantes, pero tiene encanto. Nos
hospedamos un poco más allá del pueblo, en otro muy cerquita que se llama La
Iruela, verdadero balcón al mar de olivos de la providencia de Jaén.
En el Parque Natural asistimos
con vista y oído a la berrea de los ciervos. Nos hicimos la ruta más conocida
del Parque: el río Borosa, de facilísimo recorrido y absolutamente encantador.
Rematamos el viaje con una visita
obligada a Cabra del Santo Cristo, cuna de mis suegros y también a una
bulliciosa Linares, en la que a las 8 de la tarde todavía estaban calientes las
piedras. De vuelta a casa paramos largamente en Albacete y comimos en Casa
Alvarez, barato y buenísimo.
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