"La verdadera nostalgia, la más honda, no tiene que ver con el pasado, sino con el futuro. Yo siento con frecuencia la nostalgia del futuro, quiero decir, nostalgia de aquéllos días de fiesta, cuando todo merodeaba por delante y el futuro aún estaba en su sitio".
Por razones obvias (mi edad) y por algunos documentos y documentales del pasado que he visto recientemente, siento con frecuencia la misma nostalgia de futuro. Desde el hoy, se me desdibuja aquello que debería merodear por delante y por lo tanto se presenta también movido de sitio. Pero la nostalgia puede ser paralizadora y no puedo, no podemos, ensimismarnos en ella. Debemos recoger de aquellas experiencias que teníamos con anhelo de futuro, el motor que ponga contra la pared de nuevo a la injusticia, a la insolidaridad, a la arbitrariedad, a la ignorancia, y hacer de esta democracia algo que se parezca mucho más a su nombre.
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