He visto una exposición esta
mañana en el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona, la de World Press Photo 2012.
La impresión del recorrido es trágica.
De las imágenes, generalmente duras aunque fueran deportivas, no me ha quedado
en memoria ninguna sonrisa excepto la de unos niños jugando entre bombardeo y
destrucción total, como si su inocencia se negara a encajar tanta degradación,
tanta injusticia, tanta arbitrariedad.

Fotografiar la naturaleza humana
en tantas vertientes e intentar una respuesta antropológica al cómo somos me
parece un trabajo imposible, por inabarcable. Hablaba del sentido trágico en
general de la exposición porque casi sientes, casi intuyes que hay
predeterminación en la miseria, determinación en el patetismo de vidas
deshechas. He visto una exposición de la frialdad de nosotros mismos ante el
desamparo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.