La línea de agradecimientos de abajo es la que nos ha convencido después de haber nacido nuestra nieta. Es pequeñita, todo piel y ojos, pero moviendo sus manitas al aire como si quisiera coger todo lo que le rodea: luz y vida. No he podido tocarla, pero ya la compensaré y ya me compensará. Esperada y querida desde antes de salir a nuestro encuentro, se ha dado mucha prisa en hacerlo, ha salido más rápido y más pronto de lo esperado. Empieza empujando. Empieza mandando y eligiendo su momento. Ya veremos cómo haremos para que no sea ella sóla la que elige. Naturalmente por su bien. Bienvenida, hija de mi hija.
Muxas, muxas felicidades, a los papas y por supuesto a los abuelos. Ya me ha dicho Adrià que ha sido tio-primo... Besos para Carme.
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