Terrasa es uno de esos lugares de los que te has formado una idea falsa
hecha a base de prejuicios totalmente enfundados. He visitado esta ciudad
cargada de bullicio y de trasiego, de vida. Me he empapado de su centro
histórico y por todas partes encuentras las raíces, de esta ciudad populosa, en
su tejido industrial, que ahora está imbricado y mantenido en esta red de
calles y plazas que te invitan a la historia, aunque también al cuento, puesto
que los rincones te inspiran para la ficción, esa manera de contar que nos hace
vivir. Estas diferentes mañanas de visita he recibido las sensaciones que en
estas mañanas de primera ha sido fácil sentir: aire y luz tangibles con el
colorido de árboles y esas esculturas pétreas reunidas en familia.
Hoy tengo la percepción cercana y vivida durante unos días de qué es lo
que significa estar de verdad en una ciudad
Todo ha sido gracias a que hemos echado una mano a la puesta a punto
del Bar-Restaurante Belle Epoque, una grata iniciativa de mi sobrino
Miguel-Angel, un chef solvente y conocido al que no le faltan recursos. No hace
falta que os explique su curriculum, sólo probar sus delicias.
Nos ha gustado el resultado obtenido y el trabajo ha sido solidario. Si
vuestra intención es visitar Terrassa, podéis acercaros a este encantador
restaurante situado en el centro mismo de la ciudad, en la Plaza Vapor Ventallós
y pondréis degustar materia de calidad y á servida por la mejor compañía: Mónica.
Sí, ya sé que son mis sobrinos y hablo con pasión, pero de eso se trata. Sólo
la realidad ganará mi propaganda. Contribuyo con este corto vídeo, para haceros
una idea. Animo.
Divino, es un sitio que he de visitar. Ha quedado muy bonito.
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