Fotocomedor

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lunes, 24 de junio de 2013

Acercándose a la cuántica



Desde hace mucho tiempo la Física viene buscando una teoría que unifique todas las fuerzas conocidas de la Naturaleza: gravitacional, electromagnética, nuclear fuerte y nuclear débil, algo parecido a lo que ya los físicos presocráticos venían haciendo al intentar encontrar un principio de todas las cosas (arjé), como el agua, o el aire, etc. Era una búsqueda que se relacionaba mucho con una idea de armonía cosmológica, una idea que diera razón y sentido a todo lo observable. Así lo hicieron los pitagóricos; lo hizo Platón con su famoso axioma del círculo para explicar todos los movimientos de la mecánica celeste; lo hizo Kepler  que con sus ecuaciones sobre las distancias y movimientos planetarios pretendía mostrar una armonía de orden musical. Todos esos intentos de físicos y astrónomos tenían detrás un trabajo de supervivencia (se jugaban las cosechas) gracias al cual hemos llegado hasta aquí. Imprescindible no dejarnos nunca llevar por el presentismo, esa idea que ridiculiza a los grandes científicos que nos han precedido, desde los antiguos griegos, y que nos los hace mirar como ingenuos, como si nosotros no lo fuéramos para la mirada de los de aquí a cien años.
 Hoy los científicos trabajan en dos teorías diferentes que se ocupan de cosas diferentes aunque complementarias: la cuántica, preocupada por el mundo de lo más pequeño, con sus partículas elementales, y la relatividad, preocupada por cómo es y como interacciona el universo, intentando dar respuesta a una nueva cosmología.
Se busca, como apuntaba antes, una ley que armonice todas las fuerzas ¿por qué? ¿es necesario? Tal vez no, pero es evidente el enorme atractivo de la idea. Como siempre, la ciencia ahonda en las explicaciones que presentan irregularidades, éstas a su vez ponen en crisis a una explicación y aparece una nueva que parece colmar nuestras expectativas. Es la teoria del desarrollo científico, de los paradigmas y sus cambios, que nos explicaba Khun. Por cierto, las ciencias económicas no ahondan en investigar las irregularidades. Así les va, así nos va.


Todo esto viene en parte referido al encuentro con la joven Sonia Fernandez-Vidal, doctora en física cuántica por la UAB que intentó acercarnos a la relación entre física cuántica y realidad en la conferencia realizada en la Agrupación Astronómica de Sabadell. Lo hizo muy bien y me llevé su libro (dedicado, naturalmente) titulado Esmorzar amb partículas (Almuerzo con partículas) con una apreciable voluntad divulgativa ya que el subtítulo dice”La ciencia com mai no s’ha explicat”( La ciencia como nunca se ha explicado). Ya daré cuenta de lo que haya aprendido de física cuántica, que empieza a estar más cercana de lo que parece a nuestra comprensión. Exige, eso sí un buen esfuerzo para nuestra capacidad de entender al implicar conceptos nuevos, enfoques nuevos, nuevas formas de mirar y de pensar.

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