Después
de la zurra que nos están dando en lo económico, en lo social y en los derechos
civiles que seguirán cayendo, probablemente asistiremos ahora al combate contra la izquierda desde la
posición más ideológica y derechista de lo que sean capaces. Una
izquierda paralizada, en estado de shock. Probablemente, digo, de ahora en
adelante no hablaremos de economía (a no ser que los números macro hieran
nuestras pupilas) sino que hablaremos de los pilares básicos de la “decencia”
de derechas: la moral y el orden. Ambas saldrán de las catacumbas y los
confesionarios que forman parte de todo el aparato al servicio de la derecha
más despreciable que se está moviendo en el PP. Con mayorías absolutas no hay
matices, no hay centro-izquierda ni centro-derecha ni centro.
Este
gobierno mentiroso, agazapado y atrincherado tras hondonadas de cinismo, saca
ahora con saña los temas que ya puestos a incumplir podría seguir haciéndolo como
con lo del aborto. Pero no. Ahora trasladaremos la atención a lo que es pecado
y lo que hay que prohibir por nuestro bien. Aborto, homosexualidad, matrimonio,
familia como es debido, etc. Vamos a preocuparnos de los no nacidos que de los
nacidos ya se ocupará la Divina Providencia que tanta efectividad secular ha
demostrado. Lo de la libertad es una paparruchada peligrosa. Toda la más rancia
ideología será soltada como una jauría (para eso están los medios) para tapar
lo más que puedan el golpe de estado social que va reflejando el BOE. Reforma
laboral, pensiones, sanidad privada, enseñanza privada, el agua y el aire
privados. Todo es susceptible de negocio para “estos gurús del recorte, estos
mierdas estiramantas de los más pobres y débiles mientras son absolutamente
incapaces de mover los edredones plumosos de los más ricos”.
Nada se puede decir que no se haya dicho antes, pero insistiremos.
Nada se puede decir que no se haya dicho antes, pero insistiremos.
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