Hace años Pierre Bourdieu
señalaba en un artículo* que la esencia del neoliberalismo es un programa de
destrucción masiva de las estructuras colectivas cuando éstas se convierten en
un freno o en un obstáculo para el avance de la lógica del mercado puro, del
dictado de los mercados en estado casi religioso.
La lógica neoliberal tiene la
intención de construir “un orden social
cuya única ley sería la búsqueda del interés individual y la pasión por el
beneficio” en una especie de darwinismo social salvaje. En ese sentido se
entiende que el neoliberalismo considere muy importante separar la economía del orden social en el que opera, algo así
como si la economía fuera una teoría más allá y desprendida del lastre de la
sociedad y de la historia. Hoy mismo señalaba Manuel Cruz en su artículo de El País
cómo el ministro de educación Wert priorizaba el interés por aquellas carreras
que la sociedad necesita, confundiendo “las necesidades de la sociedad” con las
necesidades del sistema económico.
En ese programa de privatización,
de destrucción sistemática de lo público, de lo colectivo, figuran en
primerísimo plano el ataque furibundo a las pensiones, el ataque despiadado a
la sanidad, el acoso y deterioro de la Seguridad Social, etc., y el
correspondiente desarrollo legislativo, vía Ley de Seguridad Ciudadana, para
que las acciones de defensa y lucha de la población puedan ser convenientemente
reprimidas y ahogadas. El desmantelamiento neoliberal del tejido social pasa
obviamente por crear las condiciones de inseguridad y miedo que en su primer
efecto genera insolidaridad, genera un “sálvese el que pueda” que no hace más
que fortalecer la lógica capitalista. El estado actual de cosas pretende
deslegitimar las conquistas de los trabajadores conseguidas desde la Segunda Guerra
mundial hasta ayer mismo. Contra esta máquina de destrucción y expolio no se
puede hacer otra cosa que resistir, denunciar y luchar cada vez que podamos. La
elección prácticamente se sitúa entre humanidad o barbarie (para nada esa estúpida
frase de la Cospedal: el PP o la nada).
*Pierre
Bourdieu,”L’essence du neoliberalisme”, Le
Monde Diplomatique,marzo,1998.
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